viernes, 29 de febrero de 2008
martes, 26 de febrero de 2008
La extraña dama
Era martes en el bar del Cholo, los muchachos ya no veían el futbol, la noche se profundizaba con la compañía de aceitunas negras. El negro González reclamaba mujeres, mujeres gordas putas o rengas hijas de puta sin depilar, porque el negro no es exigente. El que sí es exigente es el Rulo, a ese si no le traes a Lady D, no hace nada. Pero esta vez los papeles cambiaron. Desde la negrura de la noche, apareció una mujer pálida, de espesa cabellera, era quizás, la primera vez que entraba a lo del cholo, tan bella mujer. El negro González se apartó del grupo, asercose a la extraña dama y con su hacento tucumano le preguntó:
- ¿qué tomás?
- Armagnac, pero con un chorrito de semen- contestó
- Armagnac tengo de un solo tipo, pero semen podés escoger de cualquiera de los muchachos- dijo el cholo desde la barra.
- Solo quiero tu líquido- Musitó al oido del negro, el Rulo sospechando de la escena se meo de la inquietud.
El negro fue al baño y no volvió más, cuando fueron a ver que le pasaba, solo encontraron sus botas de gamuza sobre un charco lechoso. Pasaron un trapo, pusieron las botas en una bolsa, e hicieron como si no hubiera o hubiese pasado nada. Ahí nomás entró en acción : “¡¡el Rulo!!”, disimulando su pantalón mojado se acercó a la blancuzca mujerzuela y le pegó un cabezaso, la mujer cayó sobre la mugre del piso, acto seguido el Rulo comenzó a sacarle la piel, que en realidad era una piel sintética. Aquella mujer no era sino VERGARA LEUMAN.
jueves, 21 de febrero de 2008
Relato de una náufraga
Querida radio: Te escribo para decirte que hoy me vino. Estoy muy Happy y manchadita, ahora me voy a poner una toallita para no manchar la alfombra.
Querida radio: Hoy Josele me dijo que era más fea que patata en los huevos. Supongo que los pelos de la frente no me favorecen.
Querida radio: Hoy escribo para pedirte un tema, “Volver al primer amor es volver” de Enrique Tupercio y quisiera dedicárselo a todo 4º año de la escuela El Nacional, y a Josele que lo amo con toda mi concha.
Querida radio: Te escribo porque hoy se me pararon los pezones cuando miré a Josele en la clase de físico-química , no sé que hacer me mojo muy seguido y Josele no me mira ni por joda.
Querida radio: Hoy marcha todo viento en popa, me enrolé en
Querida radio: Hoy se me salió el cierre, es decir, me quedé con el piturro en la mano y para piturro prefiero el de Joselo, no lo conozco pero lo deseo
Joselo
le deseo
como una mano congelada
desea una estufa
ufa, che, me quiero ir de este barco lleno de marinitos, ay!
Querida radio: Estoy con todo el cuerpo de marina, ahora el cabo primero me empezó a chupar la teta derecha y el capi me empezó a arrancar las bragas, me estoy poniendo cachonda y el resto de la tripulación se está desnudando, me parece que tienen calor.
Querida radio: Esto no da para más, yo también quiero mi pata de palo. Según dicen Santa no trae regalos a la gente de los barcos, aunque este es un camaronero por lo que no pierdo mis esperanzas.
Querida radio: Hoy peiné mi pelo negro, los chicos le dicen melena pero yo prefiero decirle cabellera, encontré un libro de Soriano pero no me entretuvo, ¿con qué ve va?
Querida radio: Hace dos días que floto en este bote salvavidas, sola, y a la deriva, sigo a los delfines pero tengo hambre y hace dos días que no me maquillo, encima tengo el culo como una amapola porque los muchachos del barco insistían con que había que destapar los conductos. Extraño a Josele.
Querida radio: El moho que se adhiere a la birome no me deja continuar. Voy a escribir con plancton a partir de ahora. Tengo mucho hambre y si me como dos tablones más, se me termina el bote. Espero tocar tierra o que Josele venga a rescatarme.
Querida radio: Lamento comunicarte pero creo, después de comerme el salmón al roquefort, que prefiero el peroné, no sé, no sé, tiene un no sé que, ese mirar de Joselo.
Querida radio: Quizás creas que te tengo abandonada pero lo cierto es que escribí todos los días, pero en esta condición de náufraga, con algo me tenía que limpiar el culo. En el horizonte diviso tierra, pero acá encontré a un muchacho que se hace llamar Acuaman que la tiene larga y me quiere llevar a vivir a una ciudad llamada Atlántida, calculo que debe quedar cerca de París, pero no sé.
Querida radio: Atlántida es más linda que Pehuajó. Estoy muy feliz con mis hijos Ravita y Ravón, son jóvenes y vigorosos como las anguilas, y gustan del cine de Porcel. Vivimos felices y comemos lenguado que es lo más parecido a la perdiz.